La poesía de Benedetti, a nivel formal, viene marcada por un cierto carácter dialógico, conversacional, estableciendo un diálogo con la amada y el objeto de deseo, por eso abundan las estructuras paralelas, los desarrollos dicotómicos... El nivel léxico llano, con algunos neolologismos y regionalismos, es lo que acerca su poesía a tanta gente, así como su tono confesional que se gana enseguida la complicidad de los lectores. Cabe señalar que prosaísmo no significa vulgar.


Pese a lo tópico de la materia -el amor-, Benedetti trasciende el propio tema y va más allá, abarcando otros temas y subtemas: despedidas, reencuentros, erotismo, soledad, rupturas, comienzos, seducción, comunicación...

Se preguntaba el poeta por qué cantamos, si cada hora viene con su muerte / si el tiempo es una cueva de ladrones. Y respondía así:


Cantamos porque llueve sobre el surco
y somos militantes de la vida
y porque no podemos ni queremos
dejar que la canción se haga ceniza.

Se va el vapor y en la tiniebla se hace humo. Se fue Mario, pero todavía nos quedan sus poesías, sus cuentos, sus novelas...

Todavía

No lo creo todavía
estás llegando a mi lado
y la noche es un puñado
de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo
tu rostro tu paso largo
tus manos y sin embargo
todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto
que ver contigo y conmigo
que por cábala lo digo
y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza
y las cosas más triviales
se vuelven fundamentales
porque estás llegando a casa

sin embargo todavía
dudo de esta buena suerte
porque el cielo de tenerte
me parece fantasía

pero venís y es seguro
y venís con tu mirada
y por eso tu llegada
hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido
mis culpas y mis fracasos
en cambio sé que en tus brazos
el mundo tiene sentido

y si beso la osadía
y el misterio de tus labios
no habrá dudas ni resabios
te querré más
todavía.