Datrebil, siete cuentos y un espejo es un libro de Miquel Obiols publicado por primera vez en 1980. Enmarcado dentro de la literatura juvenil, es uno de los libros más conocidos del autor junto a ¡Ay, Filomena, Filomena! y El misterio de Buster Keaton. Obiols, muy activo durante los años ochenta, octuvo cierto reconocimiento a su obra en aquellos años, ganando varios premios.

No sólo se dedicó a la literatura juvenil, sino también a la poesía visual. A pesar de ser traducido a varios idiomas, hoy es más conocido por su trabajo en TV3 que por su obra literaria, que no se reedita, estando sólo disponible para el lector su obra más reciente. Y es una pena, porque Datrebil, siete cuentos y un espejo, además de ser un canto a la libertad creativa, es una manera estupenda de  iniciarse en la literatura. 

Miquel Obiols estuvo muy influencia por el movimiento experimental OuLiPo, caracterizado por el uso de estructuras matemáticas en la creación literaria, con grandes dosis de surrealismo y de dadaísmo. El caracter lúdico y el gusto por el juego están muy presentes en las obras adscritas al OuLiPo. Datrebil, siete cuentos y un espejo tiene todo lo descrito anteriormente, convirtiendo en algunos casos al lector en protagonista.

El surrealismo impregna completamente la obra y la lectura se convierte en una aventura. Es imposible no recordar a Cortázar y sus Historias de cronopios y famas, incluso la combinatoria y la no-linealidad en la historia de Rayuela. En el relato Margot (o un cuento sin ilación), el orden de la acción ha sido alterado y se nos invita a hallarlo. En Garambainas la narración la componen una serie de dibujos y caligrafías. Para leer Unos cuentos en libertad necesitamos de la ayuda de un espejo porque el relato se ha impreso al revés. Hay una constante apelación al lector para que se involucre y forme parte de la obra.

El gusto por la fantasía y el absurdo emparenta esta obra con Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, de Lewis Carrol, pero también las ilustraciones. Si en el libro de Carrol fue John Tenniel el ilustrador, en la obra de Obiols las ilustraciones corren a cargo de Miguel Calatayud. Aunque de estilos muy diferentes, las ilustraciones de Calatayud refuerzan el carácter surrealista y se convierten en necesarias en algunos de los relatos, pasando de ser mero aderezo visual a complemento de la narración. Sería imposible concebir Datrebil, siete cuentos y un espejo sin estas ilustraciones.

Si hay un libro para estimular la imaginación y la inteligencia y que nos enseñe a amar la literatura desde pequeños, ese es Datrebil, siete cuentos y un espejo