Moon es el primer largometraje dirigido por Duncan Jones (director de Código Fuente), una película que podemos enmarcar dentro del género de ciencia ficción más reflexivo. La película va en la línea de otras que la precedieron como Stranded, K-Pax o The Man from Earth, más preocupadas por narrar una historia que nos haga pensar que por grandes efectos especiales. Como decía José Saramago, hay obras y autores que intentan 'desasosegar', crear un impacto en el lector/espectador, y Moon no sólo lo intenta sino que lo consigue.

La película narra la historia de un astronauta, Sam Bell, destinado en una base lunar al término de su tercer año de servicio y esperando regresar a casa. La base, propiedad de una empresa privada, se dedica a producir la energía que ayuda a paliar los problemas de suministro energético de la Tierra, y está atendida por Sam, nuestro astronauta, y Gerty, una inteligencia artificial. Todo va bien hasta que Sam comienza a tener visiones, que acaban con un accidente de éste en una de sus misiones rutinarias.
Domingo de resaca
El primer tercio de la película juega un poco al despiste, no sabemos si Sam está loco o hay algo raro en la base lunar. No tendremos que esperar mucho para descubrir que el Sam que se despierta en la enfermería de la base después del accidente es un clon, que acabará rescatando al otro Sam accidentado, y tampoco tendremos que esperar mucho para descubrir que el Sam accidentado no es más que otro clon. Ahí empieza la lucha contrarreloj para evitar ser 'suprimidos' por un comando que llegará a la base para 'atar los cabos sueltos', esto es, evitar que haya dos clones despiertos a la vez. Al final, y gracias a la ayuda de Gerty, uno de ellos conseguirá escapar a la Tierra y denunciar el uso de clones por parte de la compañía.

La historia no necesita de grandes artificios, con un escenario principal, la base lunar, y tres personajes, los dos Sam y Gerty, Duncan Jones consigue contar lo que quiere. La degradación física y psicológica de uno de los clones (hemos de suponer que viven un corto periodo de tiempo y por eso deben ser sustituidos) está muy conseguida, acentuando el contraste entre ellos. Quizás no me acaba de encajar Gerty, por momentos, sobre todo al principio, parecía una IA más parecida a HAL 9000, pero se revela como el deus ex machina de los clones, ayudando a salvarlos. Como dato curioso, la voz de Gerty, para los que la veáis en versión original, no es otra que la de Kevin Spacey.

No es la primera película u obra de ciencia ficción que trata sobre el tema de la clonación y sus implicaciones, ahí tenemos La isla, por ejemplo, o más recientemente Nunca me abandones, pero sí se trata de un acercamiento sin muchas pretensiones que funciona muy bien. Puede que en un revisionado se le vean más las costuras al guión, pero mantiene el interés a pesar de algunos fallos.