The Man from Earth pasó desapercibida en su momento, en 2007, pero gracias al boca a boca se ha convertido en una película de culto para los amantes de la ciencia ficción. No necesita de grandes efectos para atraparnos, con un personaje narrando su historia a otros es suficiente. Esta vuelta a la oralidad, al gusto por reunirnos en torno a una hoguera para contar historias es un recurso muy antiguo: Chaucer ya lo utilizó en su Canterbury Tales al igual que Bocaccio en su Decamerón. Pero no hay que irse tan lejos. Otras películas del género, como K-Pax, aunque a otro nivel, le daban mucha importancia a la narración.

La película parte de una premisa muy sencilla: un hombre que llegó hace diez años a un lugar decide irse despidiéndose de los amigos que ha hecho en ese lugar. Cuando estos amigos quieren saber el motivo de su marcha, éste les narrará su historia. La historia no es otra que la de un hombre, John Oldman, que lleva vivo unos 14000 años, viviendo todas las etapas y cambios que ha experimentado la humanidad en ese periodo. Sus amigos, como él, también son profesores universitarios, cada uno de un campo distinto, lo que añadirá más complejidad y profundidad a su historia.

El autor del guión no es otro que Jerome Bixby, que ya escribió guines para Twilighone, Start Trek o Men into Space. El escritor y guionista, fallecido en 1998, estuvo puliendo en sus últimos años este guión, cuya idea original data de la década de los sesenta. Tuvo que ser el director Richard Schenkman el que la llevara a la gran pantalla, con un presupiesto, todo hay que decirlo, ridículo. Si funciona, a pesar de un presupuesto de menos de 200000 dólares, es gracias al guión magnífico de Bixby y aun actor protagonista, David Lee Smith, que está soberbio interpretando a este hombre de las cavernas.

La historia de John Oldman nos atrapa, como al resto de personajes de la película que escuchan su historia, desde el primer momento. Dudamos, nos cabreamos y queremos creer como ellos en esa historia, una historia que atraviesa todas las eras del ser humano desde hace 14000 años y en las que nuestro protagonista, en alguna ocasión, a tenido un papel importante en su desarrollo. Por ponerle un pero a la película, me hubiera gustado un final más ambiguo donde fuese el espectador el que decidiese si quería creer o no creer en esa historia.

The Man from Earth es la prueba de que con pocos recursos se puede hacer una gran película. Una historia fantástica y fascinante que te atrapa y no te suelta, llena de ideas y que invita a la reflexión reposada, sin prisas.