Isaac Rosa plantea esta novela como un espacio de reflexión e intertextualidad sobre cómo las sociedades occidentales construyen su imaginario colectivo del miedo y sobre quién construye dicho imaginario. El miedo irracional, la ciudad como sitio de oportunidades pero también de incertidumbres, hostil a cada paso, la inseguridad de nuestro hogar, el miedo al diferente... El miedo, en definitiva, al mismo miedo.

El poder genera un tipo de miedos —miedo a perder nuestro estatus económico por perder nuestro trabajo, miedo a los pobres, a la inmigración...—, reforzados por toda una producción audiovisual y por los grandes medios de comunicación que son el instrumento funcional para mantener el status quo y los intereses económicos de unos pocos. Recuerda en este sentido al ensayo La doctrina del shock, de Naomi Klein, que analiza cómo a los Estados y a las élites que dominan esos Estados les interesa atemorizar a sus ciudadanos para tenerlos controlados.

El país del miedo es una novela de ideas, más preocupada por aspectos sociológicos y psicológicos que por la trama. Consta de una estructura binaria que intercala un episodio narrativo y otro socio-ensayístico sobre el miedo, construyendo un mosaico donde cada tesela, cada pequeña pieza, encaja a la perfección.

El texto apela al lector/a, que viendo su reflejo en la novela reflexiona sobre el imaginario del miedo que se ha instalado en nuestras sociedades. ¿Quién nos mete miedo? ¿Cuáles son las razones de ese miedo? ¿A quién sirve ese miedo? Preguntas fundamentales para los tiempos que corren.