'Fringe', cuarta temporada

La cuarta temporada de Fringe está marcada por una decisión errónea que lastra toda la temporada: la decisión de borrar a Peter. Esta decisión supone, hasta cierto punto, un reinicio de la serie. Lo peor es que dicha decisión se mantine toda la temporada.

La temporada anterior acababa con Peter siendo borrado del tiempo por los observadores para corregir la anomalía que había supuesto su existencia todos estos años. Los primeros capítulos de la cuarta temporada están marcados por la ausencia de Peter y las consecuencias de su borrado para el resto de personajes. No sólo es que los personajes no lo recuerden, es que el personaje no aparece por ningún sitio. El hecho de que el espectador sepa qué ha pasado con Peter aunque él y el resto de personajes no lo sepan resta mucho a la trama, que se alrga innecesariamente hasta el final: Peter no está en otra línea temporal como cree, está en la misma de siempre, aunque se ha borrado su recuerdo.

El borrado de Peter trastoca todos los acontecimientos que conocíamos, reviviendo a uno de los primeros villanos de Fringe, David Robert Jones, y peritiendo la vuelta de William Bell reconvertido en villano majara de tres al cuarto. Los dos universos, antes en guerra, tendrán que unirse para acabar con esta amenaza a su existencia. Olivia, cual Buffy cazavampiros, tendrá que cumplir la profecía de morir para poder salvar al mundo. También servirá esta cuarta temporada para vislumbrar ese futuro distópico en el que se situará la trama en la última temporada.

En su temporada más floja, Fringe convertía a los observadores, uno de los posibles futuros de la humanidad, en los villanos de la siguiente temporada, dando muestras del agotamiento narrativo que arrastraba desde hace tiempo.

'Luke Cage': llegó la sobredosis

Netflix llegó a un acuerdo con Marvel para emitir Daredevil, Jessica Jones, Luke Cage, Iron Fist y The Defenders, de las cuales hasta ahora sólo se han emitido las tres primeras. Con Daredevil, la primeria serie ambientada en el universo de Marvel, todo salió tan a pedir de boca que la renovaron para otra temporada. Jessica Jones tenía una protagonista mujer y un tono muy distinto a Daredevil, más oscuro, lo que servía para esconder alguna carencia. Luke Cage tiene un tono menos épico y oscuro que sus predecesororas. Ya no sorprende.

La serie tiene una ambientación estupenda, con una banda sonora sobresaliente, pero la trama no está a la altura. Los trece episodios de Luke Cage se hacen muy cuesta arriba. Dividida en dos partes, los primeros siete episodios narran la vida anónima de Luke Cage en Harlem y su lucha, después del asesinato de su amigo, contra el mafioso Cottonmouth. Un villano, que todo hay que decirlo, no está a la altura. La segunda parte de la temporada tiene a otro villano, un poco más interesante, Diamondback, y Mariah Dillard, que tras asesinar a su primo Cottonmouth, acusa a Luke de su muerte.

Luke Cage recuerda, en sus primeros episodios, a la mítica serie de la HBO The Wire. El primer tramo sirve de presentación de un escenario, el Harlem, que como Baltimore en The Wire, acaba convertido en un personaje más. La trama se cocina a fuego lento, presentando el paisaje y el paisanaje del Harlem.

Hasta ahora las series de Netflix sobre los superhéroes de Marvel eran bastante redondas, con algún pequeño altibajo. La primera temporada de Daredevil, el nacimiento de un héroe, les salió redonda. La segunda, pecó de exceso de villanos, pero fue bastante entretenida. Jessica Jones estiró un poco la trama, pero también fue sobresaliente con su tono de serie negra. En comparación, con Luke Cage ha llegado la sobredosis de superhéroes y la acumulación de errores.


'2001: Una odisea espacial'

2001: Una odisea espacial es la obra más conocida de Arthur C. Clarke. Escrita en paralelo al desarrollo de la película de Stanley Kubrick, ambas, película y libro, están basadas en la idea original de El centinela, un relato del propio Clarke. Publicada en el año 1968 Clarke acabaría creando una tetralogía con la publicación de otros tres libros a partir de la década de los ochenta. Aunque alguna es entretenida, ninguna de las secuelas está a la altura de la primera novela.

Dividida en seis partes, 2001: Una odisea espacial es una novela breve pero cuya narración abarca un gran periodo de tiempo. Empieza situando la acción hace tres millones años, donde una tribu de homínidos está condenada a la extinción hasta que aparece un misterioso monolito. Este monolito les confiere una inteligencia y una capacidad para el pensamiento abstracto que los hará sobrevivir y evolucionar hasta el ser humano actual. ¿Qué es el monolito? La siguientes cinco partes tratan sobre el descubrimiento de uno de estos monolitos en la Luna, el cual emite una señal hacia uno de lo satélites de Saturno, y sobre la expedición espacial que es enviada allí a explorar.

Clarke tiene un tema recurrente que casi siempre trata en su obra: el primer contacto con otra inteligencia, siempre superior a la humana. Una de su frases más famosas, «cualquier tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia», ayuda a caracterizar a esta inteligencia extraterrestre, fácilmente confundible con dios. El que esté más allá de nuestra comprensión nos sitúa en un plano de inferioridad, pero también con el positivismo de lo que nos queda por aprender, y eso sólo puede lo podemos lograr a través de la ciencia.

Otro tema, no tan tratado por Clarke en su obra pero sí manido en la ciencia ficción, es la rebelión de las máquinas, en este caso la inteligencia artificial HAL 9000. Incapaz de resolver una contradicción entre varias órdenes, acaba desarrollando una psicopatía y volviéndose loco.

Escrita antes de que el ser humano pisara la Luna por primera vez, 2001: Una odisea espacial está imbuída de positivismo y de una confianza en el ser humano  y la ciencia.


'Tag' literario II

Planificando la conquista del mundo
Libro más gordo de tu estantería: De ficción Guerra y Paz; de no ficción algún tocho sobre la Revolución Francesa o similar.
El libro más pesado de tu estantería: Uno con las letras de Bob Dylan, en tapa dura.
¿Tienes algún póster literario? Algunas fotos de Julio Cortázar con sus gatos.
Serie de libros favorita: La saga Fundación de Asimov me encanta.
Un libro que te gustaría que continúe: El conde de Montecristo. ¿Qué fue de Dantès? ¿Y de Mercedes? ¿Su hijo Alberto recuperó el honor hecho trizas por su padre Fernando?
Cualidades que buscas en un libro: Depende del contexto. Hay libros que leo para formarme aunque sean aburridos, otros para entretenerme, otros para emocionarme... En cualquier caso, siempre evito leer por obligación. Es algo con lo que nunca he podido.
Autor favorito: Hoy diría Raymond Carver, que está lloviendo y el día se presenta gris en Salamanca.
¿Cuál es el libro que has terminado más rápido? Los de Amélie Nothomb los recuerdo muy ligeros y cortos. Cuando ingresaron a mi abuela en el hospital y me tocaba hacer turno me leí unos diez o doce seguidos.
¿Último libro favorito? Tanto como favorito no sé, pero de los últimos que he leído me han gustado mucho La guerra interminable de Haldeman y La legión de los condenados de Hassel.
Un libro que dé miedo: Todo como antes, de Kjell Askildsen. En sus relatos, que no son de terror, la vida acaba reducida al absurdo. 
Último libro que te hizo llorar: Ninguno.
El mejor título que has visto: Platón y un ornitorrinco entran en un bar: la filosofía explicada con humor. Nunca lo he leído, sólo lo vi en el FNAC de Zaragoza hace casi diez años. Entre lo genial y lo horroroso.
Último libro que leíste: La guerra interminable de Haldeman.
El que estás leyendo ahora mismo: Estoy con Estrella Roja de Bogdánov, El amor en los tiempos del cólera de García Márquez y Cuentos de los sabios de la India de Martine Quentric-Séguy.
Última adaptación de libro a película que hayas visto: El hombre que pudo reinar. Kipling no me gusta mucho, pero el tándem Michael Caine y Sean Connery es insuperable.
Un personaje con el que siempre has querido hablar: Me iría de copas con Marlowe.
Un autor con el que siempre has querido hablar: De copas no, pero unas cañas sí me hubiera tomado gustosamente con Terry Pratchett. Siempre me ha parecido, por el trasfondo de sus libros, alguien muy humano.
Snack favorito mientras lees: Ninguno. 
Fandom de libros favorito: Sherlock Holmes. 
¿Cuántos libros tienes? La respuesta desde hace años siempre es la misma: demasiados. 

'El águila en la nieve': Wallace Breem y la decadencai del Imperio

El águila en la nieve, publicada en 1970, es la novela más famosa del escritor inglés Wallace Breem. Desde Edward Gibbon y su Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano publicada entre 1776 y 1788  la caída del Imperio suele ser un tema recurrente, no sólo en hisoriografía, sino también en literatura.

La novela está ambientada es la última etapa del Imperio Romano de Occidente, un etapa llena de decadencia y corrupción, con la constante amenaza de la invasión bárbara. Como un héroe trágico griego, el protagonista de la novela, Máximo, está condenado de antemano a fracasar en su tarea de defender al Imperio. Él es un hombre incorruptible que hace lo que tiene que hacer, sin importarle si merece la pena lo que está haciendo.

Se busca intencionadamente un contraste con el pasado, relacionándolo con lo bueno, y el presente, vinculado a la decadencia y la corrupción. También utiliza algunos contraste como cristianismo vs. paganismo para mostrar las contradicciones internas dentro del Imperio. Un Estdo cristiano pone a un general pagano a combatir a los pueblos bárbaros que también son cristianos.

Aunque no se compartan las tesis historiográficas que maneja Breem en la novela, El águila en la nieve es un libro que engancha desde su primera página hasta la última, con su buena dosis de acción y aventuras y un final amargo para el protagonista.

'Westworld': Miss Amnesia y el despertar de la conciencia

Westworld llevaba meses vendiéndose como la sucesora de Juego de Tronos, la gran esperanza de HBO para llenar el hueco que dejará en su parrilla la adaptación de los libros de George R. R. Martin. Y claro, lo normal es desconfiar. ¿Cuántas veces hemos escuchado cosas similares? «La nueva Perdidos»,«producida por J. J. Abrams», «basada en la novela de Stephen King»... La segunda temporada de True Detective, después de colocar la primera en los altares, o la reciente Stranger Things son un ejemplo de lo que sucede cuando se sobredimensiona una serie. En este sentido, Westworld tenía todos los elementos para seguir el mismo camino, una serie correcta que no estaba a la altura de las expectativas creadas. Por una vez, la publicidad no ha sido engañosa.

La serie, que sólo lleva cuatro capítulos emitidos hasta ahora, está basada en la película homónima de Michael Crichton. Ambientada en un futuro cercano, Westworld es un parque de atracciones muy real. En una gran extensión de terreno, se  desarrollan las tramas protagonizadas por los anfitriones (robots) para diversión de los huéspedes (humanos). Los huéspedes actúan como pequeños dioses, dando rienda suelta a todas las bajas pasiones. Los anfitriones, al fin y al cabo, sólo son máquinas que cada día protagonizan la misma trama.

Westworld trata temas como el despertar de la conciencia en las máquinas o la memoria como elemento de identidad. Como la protagonista del cuento de Benedetti Miss Amnesia, los anfitriones están condenados a repetir una y otra vez la misma trama para la que están programados y luego olvidarla, hasta que algunos de ellos comienzan a recordar. Se despierta su conciencia y la idea de querer ser libres, de elegir su propio futuro.

El inicio del episodio piloto puede ser un poco lioso, pero una vez pasado este tramo incial la serie despega desplegando todo su potencial. No sólo es una buena serie en cuanto a producción, sino también es fascinante en cuanto a su contenido. HBO tiene series visualmente deslumbrantes pero con unas tramas tremendamente aburridas. A pesar de lo subjetivo de esto, Westworld tiene una trama que te atrapa casi desde el primer momento.


'Fringe': tercera temporada

Es difícil quedarse con una sola temporada de Fringe, principalmente porque los mejores arcos argumentales están distribuidos entre dos temporadas: la última mitad de la segunda temporada y el principio de la tercera. Esto no quiere decir que cada temporada, analizada por un todo, no sea buena. Temporadas largas de veintidós capítulos obligan a dividir la temporada en varios arcos argumentales, y no todos son igual de divertidos y entretenidos.

En esta temporada Fringe es completamente autoconsciente de lo que es y lo explota a conciencia. Amplía todavía más su universo dedicando capítulos a los personajes del otro universo, y tiliza la sustitución de nuestra Olivia por la Olivia alternativa para exploraruno de los temas dominantes esta temporada: la identidad. El otro lado es como un espejo, solo que este espejo devuelve una imagen distinta, con variaciones apenas perceptibles a la vista, pero profundas.

Nueve capítulos, casi la mitad de la temporada, están dedicados al arco argumental de la infiltración de la otra Olivia en nuestro universo. Es un acierto por parte de los guionistas no querer alrgar másla trama. La otra mitad relata las heridas que deja esta sustitución de una Olivia por otro y la historia de Peter y la máquina.

El otro universo da mucho juego. Es como El doctor Jekyll y el señor Hyde, o al menos eso parece al principio, pero a medida que los vamos conociendo más descubrimos que no son malos per se, que hacen las cosas porque su mundo está a punto de ser destruido. El caso más claro el de Walternativo, que hace lo que hace porque un día Walter le robó a su hijo y abrió una brecha en el universo que amenaza con tragarse a su mundo.

Esta tercera es la temporada donde finalmente Peter y Olivia acaban juntos, pero también es la temporada que nos ofrece un capítulo ambientado en 2026 y donde comienza, como en Perdidos, a desbarrar con saltos y líneas temporales. Es el final el que acaba marcando el devenir de un Fringe sin tanta frescura que todavía aguantaría dos años más en parrilla.


'The Faculty': extraterrestres en el instituto

The Faculty es una de esas películas generacionales, a las que se coge cariño no por lo que es sino por cuestiones emocionales, como recordar el momento en que la viste por primera vez. Heredera del espíritu de los ochenta, no deja de ser una película de ciencia ficción y terror adolescente, llena de los tópicos y lugares comunes propios del género. Aún así, es una película que funciona; sus efectos especiales ahora sonrojan y la historia no es nada del otro mundo, pero es entretenida.

La historia es una versión del clásico de ciencia ficción La invasión de los ladrones de cuerpos en clave adolescente. Un misterioso organismo del espacio exterior ha acabado en un instituto, haciéndose con el control de profesores y alumnos, paso previo a la conquista del mundo. La ambientación de la historia en un instituto, aunque pueda parecer de primeras una chorrada, acaba dando bastante juego. Ves como los distintos grupos dentro del mismo, (la animadora superficial, el empollón, el capitán de fútbil, la rara, etc.) se tienen que unir para combatir una amenaza común.

El tema de las drogas, al menos en su momento, sí fue bastante políticamente incorrecto. La única manera de saber si has sido poseído por uno de esos organismos es esnifar droga. Es una manera de enganchar al público juvenil, como el enfrentamiento, al menos al principio de la cinta, de los protagonistas con los profesores, ahora marionetas de los extraterrestres.

The Faculty es una cinta entretenida y gamberra, en la línea que suele caracterizar a otras peliculas de Robert Rodríguez. Por ponerle una pega, el final algo atropellado y en busca de la espectacularidad, que debido al avance en el CGI, ha envejecido muy mal.

'Fringe': segunda temporada

La primera temporada de Fringe fue de menos a más, de un inicio dubitativo a un final a lo grande. La segunda temporada parte del cliffhanger de la temporada pasada y confirma las buenas sensaciones que este había dejado. Es la temporada donde Fringe amplía su universo sin complejos y establece algunos hitos importantes dentro de su mitología, como los metamorfos, la relación paternofilial entre Peter y Walter y la presentación de los personajes del otro universo.

Ya desde el primer capítulo, Fringe apuesta por expandir su universo y sentar las bases de su mitología. Olivia regresa del otro universo a través de un accidente de coche y un metamorfo intentará interrogarla en el hospital y después matarla. El juego que dan los metamorfos, que asesinan a la persona de la cual luego toman su forma, da muchísimo juego en la serie. Como en La invasión de los ladrones de cuerpos, la idea de un enemigo interior indistinguible externamente es todo n acierto.

La relación paternofilial entre Walter y Peter también es de suma importancia en esta temporada. Ya sabíamos desde la temporada anterior que Peter en realidad era el Peter del otro universo, secuestrado por Walter para salvarle la vida, incapaz de perder dos veces a su hijo, una en este universo y otra en el universo alterno. También veremos las consecuencias de esta decisión en el otro universo, devastado por la apertura de un portal entre universos, Y la venganza de Walternativo, que en su universo se convierte en Secretario de Estado y busca venganza por la devastación de su mundo y su hijo robado. Peter, cuando se entere de la verdad de su origen, volverá al otro lado con Walternativo. Lo que no sabe es que este tiene sus propios planes. Hay una máquina para destruir universos y el único que puede activarla es Peter.

La segunda temporada recoge lo mejor de la serie y termina con otro cliffhanger marca de la casa: la sustitución de la Olivia de este universo por la Olivia del otro. 




'30 Days of Night: Dark Days': la secuela innecesaria

El éxito del primer cómic de 30 Days of Night llevó al comienzo de una saga y a su adaptación cinematográfica. En los cómics, que ya suman un buen número, hay de todo. Desde un crossover con Expediente X bastante curioso a auténticas idas de olla sin sentido. En cuanto a las adapataciones cinematográficas, que no han pasado de dos, los resultados son muy dispares. La primera fue bastante entretenida, serie B bien hecha. La secuela deja bastante que desear. Tampoco ha tenido buena suerte la miniserie basada en los cómics.

La historia es una continuación de la primera película. Después de lo sucedido en Barrow, pequeño pueblo de Alaska que fue asaltado durante treinta días por un grupo de vampiros, el gobierno ha encubierto los hechos. Una de las pocas supervivientes de la catástrofe, Stella, se dedica a dar conferencias para desenmascarar la existencia de los vampiros. Esto la pondrá en el punto de mira, no sólo de los vampiros, sino también en la de un grupo que se dedica a cazarlos.

La película, que tampoco partía de un buen material original, adolece de falta de medios y de un buen guión. Y eso que uno de los creadores del cómic y guionista en la primera película, Steve Niles, también repite en la secuela. Las reglas que se establecieron en la primera película aquí no se cumplen, entre otras incoherencias, pero lo peor es que a veces cae en la autoparodia de manera inconsciente. Tampoco es que la primera película fuese una obra maestra, pero la diferencia respecto a la secuela es abismal.

30 Days of Night: Dark Days es una secuela innecesaria y una oportunidad perdida para adaptar con ciertas garantías una buena saga sobre vampiros. Eso sí, no es Crepúsculo.


'Devoradores de cadáveres': Michel Crichton y Beowulf

Michel Crichton es uno de los autores de best sellers más conocidos. Padre del tecno-thriller, género que parte de un supuesto científico y origen de la trama mezclado con aventuras y suspense, algunas de sus novelas han sido adaptadas al cine con notable éxito. El ejemplo paradigmático de esto es Parque Jurásico, éxito de crítica y público, además de hito en cuanto a una manera de hacer cine. Devoradores de cadáveres fue llevada al cine de la mano de John McTiernan (Depredador, Jungla de cristal, La caza del octubre rojo, El último gran héroe...) con el nombre de El guerrero nº13 y Antonio Banderas como protagonista.

Devoradores de cadáveres es una supuesta crónica de Ibn Fadlan, embajador del califa de Bagdad durante el siglo X encargado de establecer relaciones con los Búlgaros del Volga y que de rebote acaba inmerso en una gran aventura con un grupo de vikingos.

El tono de verismo, atribuyendo la historia a una crónica real, también intenta desentrañar una supuesta verdad histórica oculta en el poema épico anglosajón de Beowulf. La explicación es una supuesta tribu de neanderthales que sobrevivió a la extinción de su especie. Como animales salvajes, son humanoides que se dedican a la destrucción y al canibalismo. Así, todo caracter sobrenatural tendría una explicación científica y racional.

El libro es bastante breve, con el estilo característico de Crichton, cuenta con una prosa sencilla y ágil. Una novela llena de aventuras, terror y suspense, una lectura amena.

'Tag' literario

El señor Gato escribiendo el próximo best seller para humanos

1. Libro favorito:
Depende del momento. Hoy diría dos: El caballero inexistente de Italo Calvino y Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro.

2. Libro que odias:
Ninguno. Lo que no me gusta o intuyo que no me va a gustar no lo leo.

3. Libro con el que lloraste:
No recuerdo ninguno.

4. Libro que te recuerde a alguien:
Las bicicletas son para el verano a mi abuelo paterno.

5. Libro que te haga reír:
Cualquiera de Pratchett, aunque con el que más me he reído ha sido con Exhibición impúdica, de Tom Sharpe. Avestruces-bomba. No digo más.

6.  Libro que te recuerde a un momento especifico:
Ninguno y todos. Me gusta releer y encontrarme dentro del libro ese billete de metro de la ciudad que visité cuando lo compré. O una dedicatoria si fue un regalo. O una mancha de café.

7. Frase de un libro que te sabes perfectamente:
"El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5:30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo". Esta frase es de Crónica de una muerte anunciada. Es un ejemplo, pero García Márquez tiene esa capacidad de síntesis, de resumir en la primera frase el contenido y el tono del libro. Julio Cortázar tiene una habilidad similar.

8. Libro que te mantuvo enganchad@:
De los últimos que he leído Tropas del espacio.

9. Libro que te aburra hasta dejarte dormid@:
Si me aburre no sigo leyendo.

10. Libro que te guste en secreto:
En secreto no, pero una vez me leí uno de Paulo Coelho.

11. Personaje con el que te identifiques:
Últimamente con tantas primarias y elecciones me siento Tyrion. A lo mejor acabo como los Stark. Los días grises me da por pensar en el personaje de The Wire Lester Freamon. Los malos siempre se escapan.

12. Libro que adorabas y ahora no te gusta tanto:
Más que un libro en concreto me pasa con la obra al completo. Con quince años me gustaba mucho Oscar Wilde, ahora ya...

13. Libro de tu saga favorita:
Fundación.

14. Banda sonora que te encanta:
La de Mogwai para la serie francesa Les Revenants.


15. Relaciona una canción a un libro:
A Thousand Kisses Deep tiene elementos que me recuerdan a Nunca me abandones. También es verdad que Cohen es mucho Cohen.

16. Libro en el que haya un viaje: 
La odisea. Es el libro de viajes por antonomasia. El viaje físico y el metafórico. Lo resume muy bien Kavafis en su famoso poema Ítaca.

17. Libro de tu infancia:
El pequeño vampiro. Junto con los libros que me leía mi padre de pequeño (Alicia en el País de las Maravillas, Los cuentos de la AlhambraLos cuentos de los hermanos Grimm...) preconfiguró mi gusto por el género.

18. Libro o género que nadie espera que te guste: 
No creo que a estas alturas nadie se sorprenda por mis gustos, bastante corrientitos por otro lado.

19. Libro te gustaría que representara tu historia de amor:
Lo de "historia de amor" me recuerda a una canción de OBK.

20. Libro que leerías antes de morir:
Uno de zombis, por aquello de la esperanza en poder volver. ¡Quién quiere religión pudiendo tener zombis!








'Channel Zero': SyFy lo vuelve a hacer... mal

De los estrenos de SyFy para este otoño, a priori, destacaban tres: Van Helsing, Aftermath y Channel Zero. Este último había levantado algunas expectativas entre los aficionados al género de terror por su argumento, sobre todo después del éxito de Netflix Stranger Things. Vistos los tres estrenos, hay que decir que SyFy lo ha vuelto a hacer... mal. Busca unas premisas muy atractivas como punto de partida para sus series, pero ninguna se sostiene más allá del episodio piloto.

En Channel Zero se narra la historia de un programa de televisión infantil, Candle Cove, ligado a la muerte de varios niños en 1988 y a la desaparición de otro en la pequeña ciudad de Iron Hill. El programa, supuestamente, es un show de piratas emitido de manera pirata, pero hay algo más: sólo los niños son capaces de verlo, para los adultos sólo es estática (¿alguien ha mencionado Poltergeist?). Mike Painter, hermano gemelo de Eddie, el niño desaparecido, volverá a Iron Hill para intentar descubrir qué es lo que sucedió.

La historia recurre a flashbacks, mostrándonos dos líneas temporales, la actual y 1988, cuando se cometieron los crímenes. El problema es que en Channel Zero se alternan de manera errática y nunca queda claro si estás viendo una u otra, salvo por los actores. Que para el caso da igual, porque tanto los actores de una línea temporal como los de otra son bastante sosos, sin personalidad.

El mayor problema de la serie es lo mal hilvanada que está la trama, una sucesión de escenas que deberían crear en el espectador misterio y desasosiego pero que sólo consiguen aburrir. Eso unido a unos personajes descafeinados y a un protagonista que vaga de un lugar a otro sin mucho sentido. Todo puede mejorar, pero yo no lo voy a ver. ¡No te lo perdonaré jamás, SyFy! ¡Jamás!

'Dead Rising: Endgame': la secuela

Dead Rising: Endgame es la secuela de Dead Rising: Watchtower. Si la primera era una película correcta de zombis, ésta no se queda atrás tampoco en cuanto a diversión se refiere. Ayuda a esto conservar parte del reparto de la anterior película. Suele ser habitual en producciones de este tipo el querer aprovechar el éxito de la primera película para lanzar directamente una secuela al mercado del DVD. 30 Days of Night: Dark Days es un caso paradigmatico. Algunos personajes se mantenían, pero el reparto era distinto, resintiéndose mucho la película.

Como en la anterior película, no es necesario conocer el videojuego para seguir la trama. Sí, seguro que te pierdes la mayoría de los guiños que se hacen al videojuego, pero no son necesarios par seguir la trama.

La historia continúa unos años después de Dead Rising: Watchtower. El protagonista sigue siendo Carter, esta vez se dedica a investigar una conspiración para acabar con millones de personas. Debido al anterior brote zombi, a los infectados se les ha implantado un chip que les inyecta la cantidad necesaria de Zombrex, una medicina, para no convertirse en zombis. Pero lo que Carter acaba descubriendo es que ésa no es la única función del chip.

Si en la primera película el tema de la conspiración ocupaba una parte importante, en esta segunda se amplía ese universo de la conspiración. Todos los que hablan de lo que no deben, acaban desapareciendo. Todo apunta a que este será el hilo conductor de otras secuelas. En esto recuerda a Resident Evil.

Aunque se notan las prisas por sacar la secuela, mantiene los aciertos de la primera película: da lo que promete, que no es otra cosa que entretenimiento. Yo sigo esperando una tercera parte.

'Fringe': primera temporada

Fringe fue una serie de FOX creada por Abrams, Kurtzman y Orci y estrenada en 2008. Para muchos, el Expediente X del siglo XXI. En su primera temporaza, los primeros capítulos, eso es más cierto que nunca. Abrams tenía claro que la serie tenía que ser una mezcla entre procedimental y arco serializado, aprovechando los capítulos autoconclusivos para ampliar el universo de Fringe, conectándolos de alguna manera con la trama principal.

La presentación de Fringe en su episodio piloto no podía dejarte más frío, con un reparto que salvo por Lance Reddick (The Wire) y Joshua Jackson (Dawson Crece) era bastante desconocido y una historia que no terminaba de funcionar. Era todo demasiado mecánico, lleno de tópicos, sin acabar de arrancar. Y lo peor de todo es que la cosa no mejoraba en los siguientes capítulos. Hasta que todo, poco a poco, cambió. No hay un momento preciso, pero el desarrollo de la mitología de la serie (los observadores, el patrón, etc.) y sobre todo la actuación de John Noble, que lo más conocido que había hecho hasta entonces era interpretar al senescal de Gondor en El señor de los anillos, elevan la serie a otro nivel.

A partir de aquí spoilers de la primera temporada:

La primera temporada, con 20 capítulos, dio para mucho. Olivia Dunham, agente del FBI, trabaja en una oficina, la División Fringe, dedicada a investigar fenómenos inexplicables relacionados con una ciencia poco ortodoxa. Para resolver los casos contará con la ayuda de Walter Bishop, un científico loco recluido en un sanatorio durante 17 años, y su hijo, Peter Bishop, estafador reconvertido a consultor civil y tutor legal de Walter. A lo largo de la temporada tanto los personajes como la historia, plana en un principio, fueron adquiriendo aristas, una forma poliédrica. El Patrón, su origen y su conexión con los capítulos autoconclusivos, que cada vez se van haciendo más complejos, hacen que la serie crezca exponencialmente a cada capítulo.
Fringe es una serie que ofrece respuestas, y lo hace desde la primera temporada. Otras series juegan a plantar misterios y no resolverlos nunca. O resolverlos chapuceramente. Fringe siempre ha sido coherente consigo misma y con el espectador. Durante la primera temporada se plantaban pequeñas semillas, misterios que se iban resolviendo y que culminaban en un último capítulo con otro misterio aún más grande. El cliffhanger final de la primera temporada sigue siendo de mis favoritos. El reunir las piezas, inconexas al principio, en el gran puzle que es la serie en la primera temporada, es uno de los grandes méritos de la serie.
La existencia de un universo alternativo y la revelación de la muerte de Peter cuando era niño van a ser el leitmotiv de la serie a partir de las siguientes temporadas. La primera temporada ofrece momentos de terror, humor, tensión y sorpresa (sobre todo esto último), convirtiendo Fringe en una serie de otra dimensión.

'Fear the Walking Dead': zombis en Tijuana

Fear the Walking Dead se estrenó el verano pasado con una temporada corta de seis episodios. La serie es un intento de la cadena que emite The Walking Dead de rentabilizar aun más su producto, ya que Fear the Walking Dead es totalmente de su propiedad y pueden comercializarla en cualquier país. Además proporciona un año repleto de zombis para los aficionados al género, porque cuando termina la serie madre, comienza el spin-off, y cuando termina el spin-off, comienza la serie madre. ¡Zombis para el pueblo!

Si la primera temporada se centraba temáticamente en la presentación de unos personajes en el incio del apocalipsis zombi, la segunda temporada cambia de escenario y se centra en la evolución y adaptación de esos personajes al nuevo medio. Después de abandonar el barco en el que huyen de Los Ángeles, el escenario ha sido éxico. Primero en la finca de Celia, la madre de Tom, luego en Tijana.

La segunda temporada adolece de algunos defectos que arrastra o ha arrastrado en algún momento The Walking Dead: personajes insufribles, muertes tontas, lentitud en la trama, incoherencias narrativas... Dividida en dos partes, la primera mitad de temporada sirvió para separar al grupo original. Madison, Alicia y Liza por un lado, Curtis y Chris por otro, y Nick otro tanto vagando él solo por el desierto. La segunda parte de temporada reorganizó otra vez el grupo original, con Madison, Curtis y Alicia por un lado en busca de Nick.

Renovada por una tercera temporada, parece que ésta va a seguir ambientada en la frontera. Hasta ahora, ese ha sido su mayor aporte y diferenciación respecto a The Walking Dead. Y la banda sonora (a mí con PJ Harvey se me gana fácil). Son sólo zombis, but I like it.



'Puertas de fuego': los lugares comunes de la Historia

Lo primero que llama la atención de la novela Puertas de fuego es su falta de rigurosidad histórica. Considerada por muchos como una de las mejores dentro del género, sorprende toparse en ella con anacronismos como el sistema métrico decimal, utilizado en alguna ocasión en el libro, o atribuir a los antiguos griegos un plato como el arroz hervido. Tampoco se trata de lapidar al autor por esto, pero su obra no está a la altura de Cornwell o McCullough, por citar dos nombres de autores de novela histórica con los que se le suele relacionar.

Puertas de fuego narra la historia de la batalla de las Termópilas, en la Segunda Guerra Médica que enfrentó a griegos y persas. Una pequeña fuerza de espartanos y otros aliados griegos, comandada por el rey Leónidas I de Esparta, detuvo el avance del ejército persa, muy superior en número, en el paso de las Termópilas. Lo original de la novela, dentro de que es una historia muchas veces novelizada, es contarla a través de Xeones, un prisionero griego, único superviviente de la batalla, que relata los sucedido al historiador imperial de Jerjes I. Además, Xeones no es un espartano, sino un auxiliar del ejército que acaba en Esparta cuando su pequeña ciudad es destruida.

Los capítulos son breves, convirtiendo la lectura de Puertas de Fuego en algo dínámico y ágil. Es el punto más fuerte de la novela. Incluso se le pueden perdonar ciertos anacronismos. Lo que ya es más difícil de aceptar es el discurso que Pressfield nos quiere transmitir; si no estás de acuerdo, la novela se puede hacer muy cuesta arriba. Como en el cómic de Miller, 300, la Historia se deforma: Esparta es mitificada, convirtiéndola en la encarnación de los valores democráticos contra el autoritarismo, valores que se defienden por la fuerza. El paralelismo con EEUU está claro.

'Culto secreto y otros relatos': Blackwood y el horror

Culto secreto y otros relatos es un libro de Algernon Blackwood, escritor inglés de terror y fantasía. La recopilación incluye cinco relatos del autor, muy representativos de su estilo. Incluso John Silence, preotagonista de otros relatos de Blackwood, hace un pequeño cameo en Culto secreto.

En El hombre al que amaban los árboles Blackwood trata uno de los temas recurrentes en su obra: la insignificancia del ser humano frente a la naturaleza. En cierto sentido, es precursor de autores como H. P. Lovecraft y su horror cósmico. En este relato un hombre es atrído por los árboles del bosque cercano a su casa. Lo terrorífico hace acto de presencia en una Naturaleza a la que no se puede calificar de buena o mala. Las fuerzas que desata ésta van más allá de la comprensión humana, revelando la insignificancia del ser humano frente a la Naturaleza.

Los relatos segundo y cuarto, El ocupante de la habitación y Complicidad previa al hecho, sacrifican un mayor desarrollo narrativo en pos de causar un mayor efecto en el lector. Casi como ejercicios de estilo, Blackwood demuestra su buen hacer literario y su oficio de escritor.

En Culto secreto, el relato que da título a la antología, un hombre decide volver al internado donde estudió de joven, descubriendo que ahora es una secta de demonios y él se ha convertido en la víctima propiciatoria. Al final aparecerá John Silence para salvarle.

Descenso a Egipto es el quinto y último relato de la colección, es un viaje al antigu Egipto y a sus ritos.

Culto secreto y otros relatos es una buena manera de acercarse a Blackwood. No hay monstruos con tentáculos, pero sí atmósferas opresivas y ambientes insanos. En definitiva, el horror existencial de vivir.

'Calle Cloverfield 10': innecesario epílogo final

Calle Cloverfield 10 es el ejemplo de buena película con desastroso final. Un buen planteamiento, un buen desarrollo y un final que echa todo por la borda. Como en muchos de los libros de Stephen King, el final es un deus ex machina como una casa de grande que acaba desluciendo el resultado final.

La película, narra la historia de Michelle (Mary Elyzabeth Winstead), una joven que sufre un accidente de coche y se despierta encadenada en una habitación. Descubrirá que Howard, un viejo granjero, la rescató del accidente y la llevó a su búnker, pues ha habido un ataque de algún tipo y el exterior es mortal para los seres humanos.

Se juega con la duda razonable durante todo el metraje. ¿Es cierto el ataque? ¿Howard está loco? ¿Tiene sentido escapar si el exterior es inhabitable? Así, se va incrementando la tensión narrativa hasta la resolución final de la trama, que es el gran talón de aquiles de la película. El final debe despejar esa duda razonable planteada al principio, no opacarla con otros temas.

Hay finales muy efectistas, como en La niebla, que funcionan muy bien. No es el caso de Calle Cloverfield 10. El epílogo, porque no puede ser considerado de otra manera, sobra completamente. Si la película acabara cuando se resuelve la ambigüedad inicial, sería perfecta. A pesar de todo, merece un visionado.


'Dead Rising: Watchtower', zombis en las noticias de las 3

No soy muy fan de las adaptaciones cinematográficas de videojuegos. Como no suelo jugar mucho a videojuegos, me pierdo en las adaptaciones. O directamente éstas son como un videoclip de hora y media. Salvo Resident Evil y Silent Hill, no ha habido ninguna que me llamara demadiaso la atención; hasta que he visto Dead Rising: Watchtower. Ya adelanto que nunca he jugado a Dead Rising.

El protagonista de la película es Chase Carter, un ambicioso reportero. Después de un apocalipsis zombi, el brote es controlado gracias a Zombrex, una medicina que ayuda a que los infectados no acaben convertidos en zombis. Carter se encuentra entrevistando a unos supervivientes del brote cuando se declara uno nuevo. No están claras las intenciones e intereses del gobierno y de la empresa que desarrolla la medicina. Carter se tendrá que ocupar de desvelar todos los interrogantes de este nuevo brote.

La película utiliza algunos recursos narrativos que, aunque ya se han visto antes, no dejan de ser todo un acierto. Introducir nueva información a través de informativos de televisión es algo que ya hizo Verhoeven en Robocop y en Starship Troopers. En Dead Rising: Watchtower este recurso funciona como alivio cómico, guiño al juego (el entrevistado en los informativos es el protagonista del primer videojuego) y como recurso narrativo para dar información al espectador. Además mezcla acción y comedia a partes casi iguales. No es una comedia de terror pero poco le falta. Al final gana no tomándose demasiado en serio.

No me ha dado la sensación de ser una sucesión de videoclips, como sucede con otras películas del género; las secuelas de Resident Evil son un paradigma en esto, distintas escenas videocliperas unidas por un débil hilo argumental. Dead Rising: Watchtower aprovecha muy bien los recursos de los que dispone y no hace trampa. El final deja la puerta abierta a una secuela, pero cierra la trama de la película.







'Dark Matter': una buena segunda temporada

Dark Matter es la vuelta de SyFy a un género, la space opera, que tenía bastante olvidado desde Battlestar Galactica. Estrenada el verano pasado junto a Killjoys, otra serie que iba en la misma línea, Dark Matter fue de menos a más en su temporada de debut. Esta segunda temporada confirma las sensaciones positivas que dejó el verano pasado.

La primera temporada servía de presentación de unos personajes que se despiertan amnésicos en una nave espacial y que tienen que averiguar su verdadera identidad. Esta segunda temporada ha ampliado el universo de la serie, planteando a los personajes dilemas morales complejos en medio de un escenario de guerra fría entre corporaciones comerciales. Un universo distópico que va más allá de lo planteado en la primera temporada.

La segunda temporada también ha sido la temporada de la Androide. Interpretado por Zoie Palmer, Dark Matter explora con este personaje uno de los temas más tratados en la cienccia ficción: lo que nos hace humanos. ¿Puede una máquina sentir como sentimos nosotros? A lo largo de la temporada asistimos a la autoconsciencia de la Androide, su ser y estar en el mundo y al ser y estar que le otorgan sus compañeros de viaje. La primera temporada fue la de unos personajes amnésicos buscando su identidad. Esta segunda, en parte, ha tratado sobre establecer una identidad para la Androide.

El final de temporada, con la traición de Cuatro, Ryo, que recupera sus recuerdos y traiciona a sus compañeros y aliados para proclamarse emperador de Zairon, deja la historia de Dark Matter en un punto interesante de cara a la tercera temporada. Ryo noo duda en provocar una guerra entre corporaciónes si gracias a ello él puede sacar algún beneficio.

Dark Matter ha ganado complejidad en sus personajes y profundidad en sus tramas, convirtiendo una space opera que no pasaba de ser una medianía en su estreno, en una serie más que interesante.