'Lost', quinta temporada

La quinta temporada de Lost es la más loca de todas, con los viajes en el tiempo y las distintas líneas temporales narradas a la vez. También es una de las más flojas en cuanto a argumento y consistencia de la trama. En sus 17 episodios se acentúa el descontrol y la inconsistencia que venían de temporadas anteriores.

Hay varias tramas en esta temporada que marcan dos objetivos fundamentales: volver a la isla pero volver en el tiempo correcto. Sayid, Kate, Hugo, John, Jack y Sun logran salir de la isla. Para proteger al resto de compañeros que han dejado atrás, inventan una historia sobre el tiempo que han estado perdidos y su rescate. Pero los acontecimientos de la isla les reclaman y la única manera de volver es hacerlo juntos. Mover la isla ha tenido consecuencias, una de ellas es que la isla ha saltado en el tiempo atrapando a Sawyer, Juliet, Miles, Jin y Faraday en 1977. De los seis que lograron escapar de la isla cinco acaban en 1977, todos menos Sun. Jack tratará de devolver a todos al presente, trastocando la vida de sus compañeros en 1977 y creando lo que conocemos como "el incidente". Una de las reglas de oro de los viajes en el tiempo en Lost es que "lo que sucedió no se puede cambiar". Pero esto es Lost, y donde dije digo, digo Diego. Sí logran cambiar cambiar lo que sucedió, pero en una realidad alternativa. Así es como comienzan los flash sideways de la sexta y última temporada, el nuevo recurso narrativo de la serie que muestra la realidad alternativa creada.

En esta temporada ya hay un anticipo de lo que acabaría convertida la serie. El maniqueísmo y el reducir todo a una lucha entre el bien y el mal con toque de filosofía New Age vendrían a explicar casi todos los misterios de la isla. Seguir viendo Lost ya sólo tenía sentido para disfrutar de las tramas alocadas a las que nos tenían acostumbrados.

'Los mitos de Cthulhu':el horror según Lovecraft

Los mitos de Cthulhu es seguramente el libro con el que muchos nos hemos iniciado con la obra de Lovecraft. Para los profanos es el libro del nombre impronunciable (Tulu, Katulu, Chulu, Kasjhdak...) donde sale «lo del Necronomicón ese». El libro está compuesto por relatos de distintos autores, ordenados cronológicamente en tres partes. La primera, llamada Los precursores, contiene relatos de Ambrose Bierce, Lord Dunsany, Arthur Manchen, Algernon Blackwood y H. P. Lovecraft. La segunda, titulada Los mitos, está escrita por lo que se vino a denominar el Círculo Lovecraft. Robert E. Howard, Robert Bloch, Henry Kuttner, el propio Lovecraft... Son los autores de los relatos centrales de esta cosmogonía. Finalmente, la tercera parte del libro, llamada Mitos póstumos, engloba unos pocos relatos posteriores a la muerte de Lovecraft escritos por August Derleth, Rampsey Campbell y Joan Perucho.

Lovecraft no es el creador del horror cósmico, pero sí le debemos a él su popularización. Lovecraft supera las formas del gótico anglosajón y de los típicos cuentos de fantasmas. El terror ya no es una cosa maniquea y antropocéntrica. La humanidad ha dejado de ser el centro de todo pensamiento para convertirse en una mota de polvo en la inmensidad del universo, sometida a fuerzas que no puede aspirar a comprender y que la superan en todos los aspectos. Aunque uno de sus discípulos, August Derleth, sí trató de modificar este aspecto, reduciéndolo a la maniquea lucha del bien contra el mal, el grueso de Los mitos de Cthulhu está impregnado de la idea nihilista de Lovecraft sobre el ser humano.

El conjunto de relatos es bastante equilibrado, lo que no suele ser habitual en una recopilación de este tipo. La selección, a cargo de Rafael Llopis, deja algunos relatos que ya había publicado Alianza Editorial en otros libros fuera de esta recopilación. De entre todos, y aunque la calidad media es alta, destacan algunos relatos como El wendigo, de Algernon Blackwood y La sombra sobre Innsmouth y La sombra fuera del tiempo, ambos de Lovecraft.

En El wendigo la idea central es que la naturaleza no es perversa, pero sí hostil con la humanidad. La criatura que llamamos wendigo es la encarnación de esa naturaleza. Está clara la influencia que ejerció en Lovecraft y en su concpeción nihilista del mundo.

La sombra sobre Innsmouth es un relato largo que contiene muchos de los elementos característicos de la obra de Lovecraft y de los Mitos. El conocimiento prohibido, la curiosidad, lo que está más allá de todo entendimiento de la razón humana, el destino inexorable... Es uno de los mejores relatos de Lovecraft. El otro, La sombra fuera del tiempo, sirve para conocer y ampliar la cosmogonía de los Mitos. Su origen, su desarrollo...

Los mitos de Cthulhu es el libro ideal para sumergirse en el mundo de horror que propone Lovecraft. Venidos de otro planeta o de otra dimensión, los relatos de Los mitos de Cthulhu son el conocimiento prohibido que nunca te querrías perder. Ph 'unglui mglw 'nafh Cthulhu R 'lyeh wgah 'ngal fhtagn.

'In Time': la revolución de Justin Timberlake

Lo que sorprende de In Time es la importante crítica social, nada disimulada, que tiene la película. Y digo que sorprende porque nadie imaginaría que una película de Hollywood protagonizada por el entonces famoso Justin Timberlake tuviese un mensaje revolucionario como pocas veces se ha visto por esos lares. Siempre ha existido un Hollywood izquierdista, cada vez más débil y menos influyente, pero ahí está: el Espartaco de Kirk Douglas, Las uvas de la ira de John Ford... y ahora In Time.

In Time es una distopía ambientada en un futuro cercano donde la inmortalidad y la eterna juventud es una realidad. Claro que un descubrimiento de ese calado, en mano de las élites, tiene graves consecuencias. La moneda de cambio ha dejado de ser el dinero. Ahora el valor de cambio es el tiempo. Cada persona tiene en el dorso de un brazo un indicador de tiempo que se activa a los 25 años. A partir de entonces necesitas trabajar para conseguir más tiempo, si no lo consigues, mueres. La mayoría de la población vive segregada en guetos. La minoría privilegiada, prácticamente inmortal, lleva una vida a todo tren sustentada en el robo del tiempo de la mayoría sometida. Justin Timberlake es un joven obrero que ve morir a su madre cuando se le agota el tiempo en su marcador, lo que servirá de toma de conciencia de clase. La casualidad hará que consiga una ingente cantidad de tiempo en su marcador, lo que le permitirá acceder al sitio donde vive la minoría privilegiada y acabar son sus privilegios.

El lastre de la película es la trama romántica. Andrew Niccol no consigue equilibrar satisfactoriamente crítica social y ciertas concesiones comerciales. En Gattaca, película que también dirigió, estos elementos están mucho mejor llevados. Las actuaciones, sin ser espectaculares, cumplen. In Time, en definitiva, es una película entretenida que hace reflexionar.

Siempre que oigo hablar de Justin Timberlake pienso en esta canción...

'El último saludo de Sherlock Holmes': Conan Doyle dice adiós

El último saludo de Sherlock Holmes, también traducido en español como Su última reverencia, es el penúltimo libro de Conan Doyle sobre Sherlock Holmes. Está compuesto por siete nuevos relatos, el último de ellos, da título al libro. En seis de ellos será Watson el narrador.

El último saludo de Sherlock Holmes es en buena medida el retrato crepuscular del personaje y su mundo. En algunos relatos de este libro, Sherlock Holmes es un detective jubilado que se ha retirado al campo para cultivar una de sus pasiones: la apicultura. Incluse llega a escribir un libro sobre el tema. Sólo abandona su retiro dorado para cumplir con su deber con la patria. En el libro también hay espacio para relatos que narran sus primeros casos, ambientados en su época dorada. Publicado en 1917, en plena I Guerra Mundial, la influencia del nacionalismo es palpable, así como su caracter propagandístico, aunque no llega a molestar.

El interés del libro está en mostranos el epílogo del personaje. Los relatos situados cronológicamente en los años dorados de la pareja Sherlock-Watson no llegan a tener demasiado interés para el lector profano. Sin embargo, el Sherlock Holmes haciendo vida de jubilado y saliendo de su retiro para combatir a los alemanes sí es más interesante. Se puede decir que, en cierta forma, sirve de cierre. Aunque en 1927 se publicaría otro libro más de Sherlock Holmes, el último, en este no hay ninguna alusión ni referencia al final de los personajes.

'El valle del terror': el Conan Doyle más negro

El valle del terror es la cuarta y última de las novelas que escribió Conan Doyle sobre Sherlock Holmes. También es la más diferente de todas ellas. Dividida en dos partes, la primera tiene como protagonistas a Sherlock Holmes y al Doctor Watson en uno de sus típicos casos, mientras que la segunda parte tiene otros protagonistas y está ambientada en otro escenario, aunque su historia complementa a la primera. Hasta cierto punto, pueden considerarse dos novelas cortas diferentes con un nexo de unión débil, ya que pueden leerse, sobre todo la segunda, de manera independiente sin que nos perdamos nada.

Conan Doyle jugó mucho con la ambientación cronológica de las aventuras de Sherlock Holmes. En El valle del terror se nombra a Moriarty, mucho antes de la aventura que acabaría en las cataratas de Reichenbach, y anuncia lo que vendría después, la lucha a muerte entre Sherlock y Moriarty.

Que El valle del terror es una de las mejores novelas de Conan Doyle lo demuestra su influencia posterior. Autores de novela negra como Dashiell Hamett la tomarían como referente, algo que se ve muy claro en Cosecha roja, que sigue el mismo esquema. Es, junto a El sabueso de los Baskerville, una de las mejores formas de iniciarse en el mundo de Sherlock Holmes.




'Soldier': Kurt Russell haciendo de Kurt Russell

La frase hecha «un reloj averiado da la hora correctamente dos veces al día» define muy bien la carrera del director Paul W. S. Anderson. Salvo Horizonte Final y la primera de Resident Evil, el resto de su producción se ha movido entre la medianía y el cutrerío más absoluto. Soldier bordea estas dos categorías.

El máximo reclamo de Soldier es su protagonista, Kurt Russell, pero también hay otras caras conocidas. Jason Isaacs (El patriota, Harry Potter) y Sean Pertwee (Horizonte Final, Equilibrium, Gotham) también forman parte del reparto, aunque en su caso es distinto, pues si bien son caras conocidas para los cinéfilos y seriéfilos, ese reconocimiento les vendría después.

Soldier es una película de ciencia ficción de serie B. En un universo distópico que sirve de trasfondo para la historia, Kurt Russell interpreta el personaje de un sodado. Como en Un mundo feliz, de Huxley, los soldados son escogidos para esta labor mediante la selección genética y el condicionamiento psicológico desde su nacimiento. Así pues, el personaje de Russell es un autómata que nunca cuestiona las órdenes de sus sueriores y que siempre cumple las misiones que le encomiendan. Hasta que llega el día en el que en una prueba se tiene que enfrentar a una nueva generación de soldados, más fanáticos, más obedientes y más fuertes que él y sus compañeros. Dado por muerto, su cuerpo, junto a más desperdicios, es abandonado en un planeta usado como vertedero. Allí aprenderá a relacionarse con otras personas y a sentir algo que hasta ese momento nunca había experimentado: empatía. Pero su vida feliz no podía durar mucho, ya que el planeta es marcado como uno de los objetivos del ejército, y Russell se verá obligado a luchar contra sus compañeros para proteger a sus nuevos amigos.

Fue un rotundo fracaso de taquilla, ya que aunque serie B, el presupuesto de la película fue de más de 60 millones de los cuales apenas recuperó 14. Soldier, en cierto sentido, fue una película prematura, con unos efectos digitales que lucen como un capítulo de Más allá del límite. Sólo unos años después el CGI avanzó una barbaridad, con efectos digitales mucho más realistas y mucho más baratos de producir. Unido a una trama bastante desaprovechada, lo único rescatable de la película es Kurt Russell haciendo de Kurt Russell.

'Lost', cuarta temporada


A estas alturas Lost era ya todo un fenómeno sociológico, pero argumentalmente estaba en un callejón sin salida. Además es la temporada que coincide con la huelga de guinistas, pasando de los habituales veintitantos capítulos a catorce. Debe de ser una de las pocas series que mejoraron con la huelga de guionistas, eliminando paja e idas de olla.

La tercera temporada supuso el agotamiento de la fórmula que la serie utilizaba hasta entonces. Tres temporadas sembrando misterios, muchos resueltos a base de otros misterios más grandes, cada vez iba siendo más insostenible. Los creadores de Lost decidieron tirar por la calle de en medio y, en vez de darle cierta coherencia al relato, dieron rienda suelta a tramas y misterios cada vez más increíbles. A veces se suele apuntar que Lost quedó deslucida por su capítulo final cuando, en verdad, ese capítulo final viene a cerrar unos despropósitos que se iniciaron bastante antes.

Esta temporada introduce a varios personajes y varias reglas nuevas que, como siempre en esta serie, están para saltárselas. Los personajes de Faraday y Miles se incorporan al reparto, siendo lo más destacado hasta ese momento. Reaparece Michael, del que no sabíamos nada desde que huyó con su hijo Walt en el final de la segunda temporada. También forma parte de esta carta temporada uno de los episodios más recordados de la serie, La constante, dedicado al personaje de Desmond.

En ese rizar el rizo que caracterizó a Lost, se hace la primera alusión al templo de la isla y a mover la isla. Nunca importó mucho la propia coherencia interna, pero en esta temporada la serie se revela como lo que es: un gran truco de magia, artificios que nos mantenían enganchados a la pantalla. Y hay que reconocerle el mérito de cómo sabían dosificar la trama y plantar esos gigantescos cliffhangers al final de cada capítulo, deseando que llegara la semana siguiente para saber cómo se resolvían. Todavía quedaban dos años más de "engaños" para el que los quisiera disfrutar.






'Interstellar': la epopeya de Nolan

Cada cierto tiempo el mundo del cine vuelve al género de las naves espaciales de una manera más o menos realista. Lo hizo con Gravity, la película de Cuarón estrenada en 2013, una película que sin dejar de ser entretenida el contenido no acompaña al continente, y repitió en 2014 con Nolan y su Interstellar. En este caso, y pese a las perpetuas acusaciones al cine de Nolan como pretencioso, el contenido acompaña a la magnífica factura técnica de la película.

Si 2001: Una odisea del espacio era producto de su época (recordemos que se estrenó en 1968), Interstellar también lo es. En un futuro no muy lejano, el clima de la Tierra cambia y amenaza la propia supervivencia de la humanidad, abocada a la extinción. La única esperanza es un agujero de gusano que se abre misteriosamente cerca de Saturno. El plan A consiste en explorar los mundos tras ese agujero de gusano y resolver la ecuación que permita trasladar a la humanidad hasta allí; el plan B es explorar esos mundos y colonizar un planeta habitable gracias a los embriones que llevan consigo los exploradores, dejando a la Tierra y a la humanidad morir.

La película tiene dos ejes maestros: la importancia del amor y el destino de la humanidad lejos de la Tierra. El primero, a veces un poco ñoño, es el amor paternofilial entre dos de los protagonistas, Cooper y Murphy. El segundo es la idea de que la humanidad nació en la Tierra pero no tiene por qué morir en ella. Gracias a ese primer eje Nolan consigue vender o hacer digerible el segundo eje, pura ciencia ficción dura, logrando un equilibrio que se mantendrá durantetoda la película.

Lo más flojo de la película es el epílogo final. Nolan quiere reforzar el mensaje de su película, por si alguien se ha perdido y no ha quedado claro del todo. Se agracede que no se marque un viaje lisérgico como Kubrick, pero su tono más tranquilo y calmado no está a la altura de la épica anterior. Aún con este pequeño pero, Interstellar es una epopeya increíble, la epopeya de la humanidad por cumplir su destino y ver las estrellas. Además Nolan consigue lo imposible: que me guste una película con Matt Damon como actor.









'El regreso de Sherlock Holmes': la resurreción exitosa

Conan Doyle, muy a su pesar, acabó devorado por su propio personaje. Con un pueblo cada vez más alfabetizado, matar al protagonista más famoso de la publicación The Strand Magazine tuvo sus consecuencias: Conan Doyle se vio obligado a recuperar a Sherlock Holmes. Es en buena medida lo que hoy les pasa a Patrick Rothfuss y George R. R. Martin, acosados por sus propios fans para que acaben de escribir sus sagas (Georgie, si lees esto... ¡¡¡ponte a escribir!!!).

En Las memorias de Sherlock Holmes Doyle mató a su personaje haciéndole caer por las cataratas de Reichenbach, recuperándolo para una aventura anterior a este suceso en El sabueso de los Baskerville. Sin embargo, el autor se resistía a escribir más relatos del famoso detective privado, hasta que harto de aguntar el acoso de sus lectores (hasta su madre le dio la murga), lo resucitó.

El regreso de Sherlock Holmes son trece nuevos relatos sobre el ingenioso detective y su compañero. En el primero de ellos, La casa deshabitada, se da una peregrina explicación sobre la vuelta a los vivos de Sherlock Holmes y sus motivos para simular su muerte. En cualquier caso, la explicación es lo de menos, su resurrección, como en el caso de esos cantantes melódicos que siempre se están retirando y volviendo a escena, fue todo un un éxito. Todavía llegarían dos libros de relatos y una novela más para completar el canon holmesiano.

'Lost', tercera temporada

La tercera temporada de Lost es una temporada de transición hacia otro tipo de serie. En gran parte es un cambio motivado por el tipo de serie que es: gran planteamiento inicial, un montón de misterios que nunca se resuelven o si lo hacen es por sembrar otro misterio más grande, uso de técnicas narrativas poco vistas en televisión... Las dos primeras temporadas es lo que da de sí esa serie, a partir de esta tercera temporada hay que elegir otro camino para continuar la historia.

Es en esta temporada donde comienzan los viajes en el tiempo y se establece su regla fundamental: como en la saga Destino Final, no se puede escapar del destino. Por otra parte, es un concepto muy yanqui esto del destino manifiesto. Paulatinamente, una serie de misterio con toques de ciencia ficción se acabará convirtiendo en lo contrario: una serie de ciencia ficcióncon toques de misterio.

Se amplía todavía más el universo de la isla. No sólo eso, sino que se añade otra isla más. Conocemos más de "los otros", de la Iniciativa Dharma, aparecen personajes como Alpert (o Eyeliner) y Withmore... También conocemos mucho mejor al líder de "los otros", Benjamin Linus. Con este personaje sucede una cosa curiosa. Siempre se lo ha considerado como un líder maquiavélico, entendiendo por eso a una persona astuta que siempre consigue sus objetivos, aunque no de manera lícita. Sin embargo, desde que se introduce su personaje, Linus ha estado en una constante huída hacia delante motivada por sus pésimas decisiones. You know nothing, Linus.

En esa transición hacia la serie que será, aparece el primer flashforward de la serie. Agotado el recurso del flashback, que en algunos momentos llega a ser un estorbo, ya que deja de complementar la narración como hacía antes para convertirse en un añadido a ésta que no sirve para explicarla y sólo se usa de relleno, se usará este nuevo recurso narrativo, el flashforward. Junto con el not Penny's boat de Charlie es uno de los finales de temporada más recordados de la serie. También para muchos, fue el momento de bajarse de la serie al ver los derroteros que ésta tomaba.

'El club de los suicidas': diversión y entretenimiento con Stevenson

El club de los suicidas es un libro de Robert Louis Stevenson compuesto por tres relatos cuyo nexo de unión es precisamente ese club. Como muchas obras de la época, fue publicado por entregas y después editado en un sólo volumen. De hecho, forman parte de otra colección aún mayor, Las nuevas mil y una noches, también publicada por entregas. Esta colección se divide en dos volúmenes, el primero incluye El club de los suicidas y Los diamantes del rajá y el segundo El pabellón de las dunas y Los otros cuentos.

El primer relato Historia del joven de los pasteles de crema, se inicia con la visita de incógnito del príncipe Florizel de Bohemia y su mano derecha Geraldine a una taberna londinense. En este lugar descubrirán el Club de los suicidas donde, decido por el azar, cada noche se reúnen alrededor de una mesa para elegir víctima y verdugo. Para aquellos que no tienen el valor de quitarse la vida, el club es una ayuda. A Florizel, ocioso como todo príncipe, este principio le fascina al principio, pero cuando el azar le convierte en víctima ya no le hace tanta gracia. Tanto este como los dos relatos siguientes, Historia del médico y del baúl de Saratoga y La aventura de los coches de punto, es una lucha del príncipe por acabar con el club.

La idea de Stevenson de una sociedad secreta dedicada al crimen y al asesinato ha sido adapatada un par de veces al cine: la hollywoodiense Trouble for Two, estrenada en 1936 y la más fiel a los relatos, y la española El club de los suicidas, que sólo toma como inspiración la idea del club. Aunque no llegue a la excelencia de otras obras, como La isla del tesoro y El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde, El club de los suicidas resulta una lectura amena y entretenida.

'La luna es una cruel amante': el sueño húmedo de Heinlein

Publicada en 1966, La luna es una cruel amante es una de las novelas más conocidas de Robert A. Heinlein, junto a Starship Troopers y Forastero en tierra extraña. También se trata, seguramente, de la obra más abiertamente política de Heinlein, coqueteando con el más puro panfleto político. En otras obras existe cierto equilibrio entre la trama propiamente dicha y el contenido político que incorpora a ésta. Unido al paso del tiempo, es algo que no le ha sentado bien a la novela.

La luna es una cruel amante es la historia de una revolución, la revolución de la Luna que lleva a nuestro satélite a la independencia. La Luna es un penal y está sometido a la Autoridad de La Tierra, gobierno que rige hasta el último aspecto de la vida en la Luna. La única manera de librarse de Autoridad es la revolución. Dicha revolución tiene claros ecos de la Revolución americana, que Heinlein asocia a un ideario concreto. De ideología libertaria o anarcoliberal, Heinlein no se corta un pelo en introducirla en esta novela. La Luna, como un escenario de frontera que recuerda al Oeste, es la ambientación elegida por Heinlein para dar rienda suelta a sus postulados. Desde esa defensa a ultranza del individalismo, hasta elementos contraculturales (en aquel momento) como el cuestionamiento de la familia tradicional y de las convenciones sexuales, La luna es una cruel amante es claramente un producto de su época.

Uno de los protagonistas de La luna es una cruel amante es el profesor Bernardo de la Paz, álter ego del propio Heinlein. Ésta será la herramienta que use Heinlein para verter sus diatribas políticas. Una parte importante de la novela está dedicada a los monólogos que suelta el profesor para aleccionar a los otros protagonistas y, de paso, también al lector. Soy defensor de poner las obras en su contexto y de no prejuzgar al autor/a por sus ideas, pero se hace muy cuesta arriba leer La luna es una cruel amante cuando cada pocas páginas te encuentras con un mintin de Heinlein sentando cátedra sobre sus ideas.

'The Magnificent Seven' (2016): disparos y explosiones en el Oeste

Si vuelve Twin Peaks y existe una secuela de Padres forzosos, ¿cómo no iban a hacer un remake de un remake como es The Magnificent Seven? Los siete samuráis de Akira Kurosawa, estrenada en 1954, es una genialidad difícil de replicar. No tardaría mucho Hollywood en hacer el intento. Su versión occidental, The Magnificent Seven, se estrenaba en 1960. Dirigida por John Sturges, aunque no estaba a la altura de la película de Kurosawa, no por ello significaba que fuese mala película. Todo lo contrario. The Magnificent Seven es un clásico del western y cuenta con un reparto de lujo, con Steve McQueen y Charles Bronson a la cabeza. Esta versión de 2016 quiere seguir el mismo patrón que la de 1960, con actores como Denzel Washintong, Chris Patt, Etan Hawke o Vincent D'Onofrio. Dirigida por Antoine Fuqua, que ya había trabajado con Washintong en Training Day y The Equalizer, es una digna sucesora del remake de Sturges.
No obstante, el llevar sobre sus espaldas el peso de Kurosawa y Sturges a veces se nota demasiado. La película de Fuqua no pasará a la historia como un clásico, eso seguro.

A pesar de los aciertos que muestra la película, hay ciertos fallos que la acaban lastrando. Hay dos fundamentales: la falta de carisma del villano y la ausencia de química entre los protagonistas. El villano podría ser una amenaza exterior, como en Kurosawa, que lo acaba retratando como si de un fenómeno atmosférico se tratara. O podría ser un villano malo malo, como el interpretado por el mítico Eli Wallach en la película de 1960. En la película de Fuqua el villano es un personaje plano que más que malvado parece gilipollas. Y soso. La química entre los personajes ni se acerca a Los siete samuráis. Hay personajes interesantes, como el de Ethan Hawke, pero otros bastante intrascendentes, como el de Manuel García Rulfo.

The Magnificent Seven es un remake correcto con algunas concesiones contenporáneas, como el gusto por las explosiones y las escenas de acción. Aún así funciona: estrellas de Hollywood en medio de explosiones, disparos, comedia y mucha acción. ¿Qué puede fallar?


'Lost', segunda temporada

Entre la primera y la segunda temporada hay una cierta unidad narrativa que se rompe en las sucesivas temporadas. También exite una coherencia interna en el relato: Lost es una historia fundamentalmente de misterio. Como en la anterior temporada, siguen jugando con el espectador, dando más datos e introduciendo elementos y personajes nuevos, pero conservando el mismo tono y estilo.

Con la voladura de la escotilla, descubren dos cosas: a Desmond, uno de los secundarios más carismáticos de la serie, y la Iniciativa Dharma. Desmond es junto a Linus, que también aparece por primera vez en esta temporada, uno de los personajes más queridos por los fans de la serie. La escotilla, que conduce a un búnker, descubre a los protagonistas la existencia de la Iniciativa Dharma. Es uno de los momentos más importantes de la serie porque amplía el universo de la isla. Si hasta entonces todo apuntaba a una isla casi deshabitada del Pacífico, descubrimos que es más grande y hay más gente. Esto se les acabaría yendo de las manos en temporadas venideras, con gente entrando y saliendo de la isla a placer y ésta convertida en el Marina d'Or de los misterios.

Seguimos conociendo más de los personajes de la isla gracias a los flashbacks que nos permiten echar un vistazo a sus vidas pasadas. También vemos ampliado nuestro conocimiento de "los otros". Dejan de ser sobrenaturales (en el sentido de que se parecen más a espíritus de la jungla) para hacerse humanos. Unos humanos muy misteriosos, pero humanos al fin y al cabo. Además de conocer a su líder, también se nos revela el destino de los pasajeros de cola. Aquí empieza uno de los problemas de Lost: la mayoría de secundarios, salvo contadas excepciones, duraban dos telediarios. Así pasó con los pasajeros de cola Ana Lucía y Libby, asesinadas por Michael, y el Sr. Eco, que aún sobreviviría unos capítulos en la siguiente temporada. Y también se le empiezan a ver los costurones al guión. La trama de Walt, que se nos remarca que es un niño especial, y la búsqueda por parte de su padre, Michael, al final no conducen a nada. ¿Y qué es eso de pulsar el botón cada 108 minutos? Ya empezaron con el rollo del destino y el misticismo que tanto perjudicaría a la serie después. Y John Locke, que es un peñazo de tío, el cansino.

Lost seguía siendo una serie fresca y adictiva, pero ya empezaba a dar muestras de agotamiento. Era imposible salir bien de responder a los misterios con más misterios. La bola de nieve que se había ido formando ya era gigante. Aún así, las dos primeras temporadas pueden verse como un todo desligado de lo que vendría después. Quién quiere respuestas teniendo una isla tan especial.

'Amos de títeres': que vienen los rusos

Publicada en 1951, Amos de títeres es un producto de su tiempo. Forma parte del subgénero sobre invasiones silenciosas que inauguró John W. Campbell con su novela corta ¿Quién anda ahí?, más conocida por sus versiones cinematográficas El enigma de otro mundo (1951) y La cosa (1982).

En el contexto de la Guerra Fría contra la URSS, en Estados Unidos se llevó a cabo entre 1950 y 1956 una auténtica caza de brujas impulsada por el senador Joseph McCarthy contra el considerado enemigo interior comunista. Sobra decir que esta caza de brujas sirvió para eliminar cualquier tipo de oposoción, no sólo la comunista. Cualquier atisbo de disidencia se consideraba traición. Por eso las producciones culturales de esta época están marcadas por este hecho. Novelas como La invasión de los ladrones de cuerpos (1955) de Jack Finney y su adaptación cinematográfica un año después dan buena idea del estado de paranoia y psicosis que reinaba en la sociedad estadounidense durante aquellos años. Es precisamente la novela de Finney la que más semejanzas tiene con la obra de Heinlein, el enemigo interior que silenciosa y subrepticiamente se infiltra en el país, aunque difiere en el final: en la de Finney el futuro de la humanidad es incierto mientras que en la de Heinlein la humanidad triunfa. Otro referente es La guerra de los mundos, de H. G. Wells. Pero en la obra de Wells los invasores se enfrentan abiertamente a la humanidad. Heinlein prefiera la sutileza, el enemigo que te invade sin que te des cuenta.

Amos de títeres es la historia de una invasión alieníegena. Unas babosas procedentes de Titán llegan a la Tierra y empiezan a usar a los humanos como huéspedes. Ofrecen a la humanidad una vida comunal sin sufrimiento de ningún tipo. Los protagonistas, pertenecientes a una organización secreta del Gobierno de los EEUU, lucharán contrarreloj para parar esta amenaza y deshacerse de los invasores.

La novela, metáfora de la infiltración comunista en EEUU, es un paradigma de la obra de Heinlein. Libertario y anticomunista declarado, su obra adolece muchas veces de excesivamente panfletaria, donde la trama está subordinada al adoctrinamiento que Heinlein quiere llevar a cabo con sus lectores. En Amos de títeres el subtexto, las ideas políticas de Heinlein, no están por encima del texto, la invasión alienígena. Sí, los amos son parásitos sin sentimientos ni empatía, sí, las zonas infectadas son "zonas rojas", sí, las insituciones democráticas son un obstáculo... la metáfora está clara, pero es fácil abstraerse y disfrutar de la otra historia que nos propone Heinlein, una historia de aventuras, angustiosa en algunos tramos, con la ciencia ficción de telón de fondo.


'Lights Out': el 'knock out' definitivo

Lights Out es una de esas joyitas, una serie que tras su cancelación en la primera temporada ha ido reuniendo una pequeña base de incondicionales. Sin llegar al fenómeno fan de Firefly, también cancelada tras su primera temporada, su caso se asemeja al de Rubicon. Una buena serie que no funcionó en su momento y que la cadena de turno decidió quitarse de encima con una cancelación.

La serie sigue o pretendía seguir los pasos de Friday Night Lights, una serie sobre deporte que era mucho más. Lights Out es una serie sobre boxeo, sí, pero también es un drama familiar. Al retrato nada halagüeño sobre el mundo del boxeo, en especial la parte del negocio, hay que añadir otro retrato, el de las relaciones personales del protagonista con su familia y su entorno.

Lights Out es la historia de Patrick 'Light' Leary, un exboxeador campeón del mundo arruinado. En los trece episodios de su única temporada Leary debe decidir si volver a boxear para sanear su economía (dejó el ring por su esposa, que no podía soportar las palizas que se llevaba) o aceptar trabajos de matón para un mafioso. El boxeo, desde siempre, ha sido usado muchas veces como metáfora y escenario en la cultura popular. Desde El ídolos de barro a Más dura será la caída pasando por Rocky y Toro salvaje, el mundo del boxeo es el de un ambiente decadente y oscuro, pero también lleno de valor y superación. El boxeo es(era) un deporte popular, el deporte de la clase trabajadora.
El campeón no se rinde
FX, la cadena de The Shield, Sons of Anarchy y Justified, decidió cancelar la serie dándole el 'knock out' definitvo al campeón Leary. A cambio nos dejó una temporada para no olvidar que funciona muy bien como miniserie. Un magnífico drama familiar con el boxeo como telón de fondo. No es original, cae en todos los clichés del género, pero el campeón es mucho campeón.

'El amor en los tiempos del cólera': un García Márquez menor

El amor en los tiempos del cólera es la primera novela de García Márquez tras ganar el Nobel en 1982 y forma parte de sus últimas obras. Publicada en 1985, después vendrían El general en su laberinto (1989), Del amor y otros demonios (1994) y Memorias de mis putas tristes (2004), ya muy alejadas de lo mejor de su producción novelística.

Ambiantada en la Colombia de finales del XIX y principios del XX, El amor en los tiempos del cólera narra los amores tardíos de Fermina Daza y Florentino Ariza. Basada en la experiencia de sus propios padres (su padre era telegrafista, como lo fue en su juventud Florentino Ariza), en El amor en los tiempos del cólera sus protagonistas deben esperar medio siglo para reanudar sus amores interrumpidos en su juventud. A lo largo de esos más de cincuenta años presenciamos los cambios que sufre la ciudad y el país y contemplamos la vida de los protagonistas, una centrada en su vida de casada y el otro empeñado en no olvidar. De telón de fondo las guerras civiles y el cólera, cuyas víctimas, flotando en el río, muchas veces son indistinguibles unas de otras, salvo por la señal de disparos.

El amor en los tiempos del cólera es una obra menor, aunque no por ello deje de ser una buena novela. Como en casi toda la obra de García Márquez, sobrevuela el tema de la soledad, leitmotiv confesado por el propio autor en sus memorias como uno de sus motores creativos. En 2007 se estrenó la versión cinematográfica dirigida por Mike Newell y protagonizada por Javier Bardem, una versión bastante olvidable que no captaba toda la angustia y soledad que sí están presentes en la novela. 


'Hyperion': la novela total de Dan Simmons

Publicada en 1989, Hyperion es una de las mejores novelas de ciencia ficción. Forma parte de la tetralogía escrita por Dan Simmons conocida como Los cantos de Hyperion, en honor al poeta romántico inglés John Keats, presente en la trama.

Hyperion es una de esas obras que trasciende su propio género. Está ambientada en el siglo XXVIII, donde la humanidad, después de la Hégira, se ha expandido por el universo y ahora domina una Red Mundos gracias a la tecnología que en parte les suministra el Tecnonúcleo, un conjunto de inteligencias artificiales aliadas de la humanidad. En este contexto, se inicia la historia con el peregrinaje de siete personajes al mundo de Hyperion, donde se encuentra el ser mítico Alcaudón y las Tumbas del tiempo. Ante el inminate ataque de los éxters, humanos  que se separon de la Red de Mundos y de la Hegemonía del Hombre para seguir su propio camino, Hyperion demuestra ser el escenario central de todo: los éxters y la Hegemonía lo quieren, el Tecnonúcleo lo teme.

Dan Simmons demuestra su habilidad como escritor con esta novela. No inventa la rueda, pues la estructura recuerda claramente a Los cuentos de Canterbury de Chaucer, pero es capaz de elevarse por encima. Hyperion es ciencia ficción, sí, pero también hay metaliteratura, en especial con las alusiones a la obra de Keats y al propio Keats como protagonista. De los siete peregrinos que hacen el viaje a Hyperion para visitar al Alcaudón, seis cuentan una historia. Aquí se ve el manejo de Simmons como escritor. La voz narrativa es diferente en cada una de ellas, así como también es diferente el género literario al que pertenecen. Hay ecos de El corazón de las tinieblas, de Conrad, pero también de la mitología clásica, con el que seguramente es el mejor relato del libro El río Leteo sabe amargo, El largo adiós remite a Chandler y la novela negra... Son historias que podrían funcionar de manera independiente, pero están entrelazadas con la trama principa del libro.

El universo en el que está ambientada Hyperion es extremadamente complejo y se presenta sin ningún tipo de introducción. En esto recuerda bastante a Dune, con su apéndice final para consultar los términos que obviamente desconocemos. Unido a las referencias literarias, Hyperion es una obra que al principio es exigente con el lector, pero el esfuerzo se ve recompensado. Aquí, sin apéndice final, todo cobra sentido a medida que vamos avanzando en la trama, uniendo las distintas piezas del basto puzle que es Hyperion.

El final anticlimático no gusta a todo el mundo. Como el fundido a negro en el caso de Los Soprano, la historia termina con los seis protagonistas caminando hacia su destino. Parece que se debió a una decisión editorial, que dividió el libro original en dos tomos. En cualquier caso, al ser el final del libro y no de la tetralogía, no es tan grave. En definitiva, Hyperion es una novela donde tienen cabida, el amor, la guerra, la filosofía, la religión, la literatura, la historia... Una novela total, brillantemente escrita y muy entretenida.

'Don't Breathe': ¿el inicio de una saga?

Lo primero que habría que decir de Don't Breathe es que es un thriller, no una película de terror. O al menos no estrictamente una película de terror solamente. A pesar de la campaña publicitaria, hasta del mismo póster de la película, que parece indicar lo contrario, la película pertenece a un género y no a otro.

Don't Breathe narra la historia de Alex, Rocky y Money. Gracias a la información que Alex consigue de la empresa de seguridad de su padre, se dedican a cometer pequeños robos en viviendas. Harto de estos pequeños robos, que nole reportan mucho dinero, Money tiene claro cual debe ser su próximo golpe: la casa de un veterano que recibió una cuantiosa indemnización por la muerte de su hija. Vive solo en un suburbio abandonado y, para rematarlo, está ciego. Todo parece indicar que es la víctima adecuada para dar el último y gran golpe que los haga ricos.

Uno de los elementos con los que juega la película es con el de víctima. El cazador cazado. Al principio, cuando entran en la casa y buscan el dinero, las simpatías están más con la víctima: además de perder a su hija y de estar ciego, le van a quitar lo único que le queda, que es dinero. El ciego asesina a Money y persigue a Alex y Rocky. En esta huida descubren que el ciego no es quien parece ser, y quehan entrado en la casa de un psicópata. A partir de aquí es cuando la película empiza a perder interés y todo se vuelve previsible, incluse el final que augura una secuela. Últimamente se ven en el cine películas que parten de cortos o de ideas que dan para una historia en una antología, convertidas en largometrajes. A pesar de no sobrepasar la hora y media, Don't Breathe no pasa de ser una historia entretenida sin más, con una buena factura técnica.

Dexter, cuarta temporada

Para muchos, entre los que me incluyo, la serie terminó aquí. Todavía faltarían otras cuatro temporadas más hasta el final de la serie, pero el punto álgido de la serie, el culmen, es esta cuarta temporada. Todo lo que vino después fue estirar el chicle y marear a los espectadores. Como Supernatural unos años antes, con su quita temporada, Dexter sólo daría vueltas sobre sí mismo sin aportar nada nuevo.

Hablar de la cuarta temporada de Dexter es hablar de de Trinity, el antagonista más recordado de la serie. Si en la anterior temporada la trama giraba alrededor de la amistad y los secretos, en ésta el tema central es la familia y la normalidad. Para Dexter, tras su matrimonio con Rita y el nacimiento de su hijo, Harrison, es posible llevar una doble vida: por un lado la normalidad de un padre de familia, por el otro la excepcionalidad de un asesino en serie.

El paralelismo entre Trinity, padre de familia, y Dexter, es más que evidente. Según avanza la trama, nos damos cuenta que la idílica y sencilla vida de Trinity no es tal, es alguien sin sentimientos que somete a su familia, un tirano autoritario. Es un claro contraste entre él y Dexter. El final, con la muerte de Rita y el renacer de Harrison en sangre, rompe el sueño de Dexter de llevar una vida normal. Por su actividad nocturna, nunca podrá ser normal y siempre pondrá en peligro a su gente más cercana.

El leitmotiv principal de la serie, la búsqueda de una vida normal por parte de Dexter y el peligro al que supone para los que tiene cerca su doble vida, llega a su máxima expresión en esta temporada. A partir de aquí, la serie no volvería a alcanzar ese nivel. Y es que el final de esta temporada bien podría haber cerrado la serie.

'Suicide Squad': escuadrón blandengue

Dentro de este empacho de películas de superhéroes en el que vivimos, parecia que Suicide Squad iba a ofrecer algo distinto. El espíritu del cómic es muy parecido a Doce del patíbulo sin el entrenamiento para la misión que sí vemos en la mítica película de Robert Aldrich. David Ayer dirige una película que, a pesar de su buena taquilla, no puede ocultar los numerosos fallos de los que adolece.

El escuadrón suicida tendrá que hacer frente a la amenaza de Encantress, una deidad que ha poseído a la doctora June Moone, antes bajo control de Amanda Waller, y que quiere acabar con la humanidad. A la cabeza de los voluntrios forzosos reclutados por Waller está el coronel Flag, a la postre novio de Moone y máximo interesado en salvarla. Obviamente, no será tarea fácil. A partir de ahí, la película discurre con muchas escenas de acción, un metraje, a mi juicio, excesivo, un abuso del CGI y un montaje bastante regulero.

Ya desde el principio la película presenta problemas: la presentación de los personajes, además de escueta, es algo atropellada. No sólo eso, si no que hay un blanqueamiento claro de los protagonistas, en especial de los villanos. Son eso, villanos, lo peor de lo peor, y al final parece que son buena gente y por tener un mal día acabaron en la cárcel. Vamos, que te irías de cañas con ellos. Las tramas amorosas tampoco ayudan. Lejos de ser un elemento más a veces se convierten en parte central de la trama. Que una película comercial haga ciertas concesiones es entendible, incluso excusable, pero que al menos las haga bien.

Suicide Squad ha sido un éxito de público, con una recaudación de cerca de 750 millones de dólares, pero adolece de muchos fallos. Una película que podía acercarse al Batman de Nolan, no por afectación del director, sino porque el material en el que está basada la película lo pedía, acaba desarrollándose en lugares comunes visto mil veces antes dentro del género.

'Lost', primera temporada

Lost es el paradigma de una nueva manera de consumir productos culturales y también la consecuencia de un fenómeno: la globalización. Dicho fenómeno no es algo que sólo atañe a la economía, un gran mercado global, también atañe a otros aspectos de la vida: sociales, culturales, políticos... La cadena ABC estrenaba en 2004 Lost, una serie creada por J. J. Abrams y Damon Lindelof. Con una trama serializada llena de misterios y una novedosa (por poco vista) manera de narrar, fue capaz de crear todo un fenómeno fan a su alrededor. También supuso una nueva manera de relacionarse con dicho fenómeno, ya que guionistas y fans estaban en permanente y estrecho contacto. La historia muchas veces seguía los derroteros que marcaban los fans con sus teorías sobre la trama.

La trama de esta primera temporada giraba en torno a un grupo de supervivientes cuyo avión se estrella en una isla. En aquel momento, 2004, sin la información que tenemos hoy día, la serie confundió a muchos. Con dicho resumen de la trama uno podía esperar una serie de aventuras y supervivencia, como los realities del momento que emitían por televisión. Sin embargo, Lost demostraba ser desde el primer capítulo algo muy distinto, una serie de misterio. Osos polares en la jungla, un monstruo que nunca vemos, una francesa medio loca que lleva más de quince años perdida en la isla... Larga es la lista de series que intentaron emular su éxito, y (casi) ninguna lo consiguió.
Los de Bilbao aparcan el barco donde quieren
La serie tenía un ritmo narrativo endiablado, con sus característicos flashbacks que nos mostraban la vida pasada de los personajes mezclados con las tramas y misterios de la isla. Eran esos misterios, muchos resueltos chapuceramente en las últimas temporadas, los que alimentaban ese fenómeno fan. En torno a la especulación sobre ellos se llegaban a elaborar un montón de teorías, algunas disparatadas y otras bastante coherentes. Unido al despegue de la blogosfera y de las descargas por internet, la serie se convirtió en un fenómeno global. Lo de ver las series al ritmo que se emitían en sus países de origen era algo novedoso. Sólo hay que recordar cómo trató Televisión Española a las serie. ¿Cómo te ibas a enganchar a ella si la ponían a las tantas de la noche en La 2? Por no hablar de su cancelación. Una conexión a internet ofrecía la posibilidad de descargar la serie, los subtítulos y el acceso a un montón de webs y blogs donde se hablaba sobre Lost.
La primera temporada fundaba la mitología de la serie, con todos esos misterios: Walt, los otros, los números, la escotilla, Black Rock, Danielle, la infección, el humo negro... Como en una fuga de ideas, los guionistas no dejaban de añadir nuevos elementos misteriosos. Claro que así lo pagaron después, cuando tuvieron que ofrecer respuestas. Al menos en esta primera temporada, la serie quemaba trama como si no hubiera mañana. Y dejaba uno de los finales marca de la casa, con la voladura de la ventana de la escotilla y el secuestro de Walt en alta mar.